Muchas personas son conscientes de los muchos peligros del robo de identidad, incluidas las posibles implicaciones crediticias, la molestia de obtener nuevas tarjetas e información y el historial financiero mediocre con el que a veces se asocia a una víctima de robo de identidad. Sin embargo, el robo de identidad también tiene implicaciones fiscales federales, es decir, cuando se trata de ingresos e impuestos declarados.